Te levantas. Te miras en el espejo. ¿Y esas ojeras que ves en el reflejo? Existen dos opciones: combatirlas o esconderlas con un look a lo Kim Kardashian en la gala MET. Preferimos la primera. Así que nos hemos puesto las pilas para identificar los distintos tipos de ojeras y el mejor tratamiento para disimularlas. Atentas:

• Transitorias: son las típicas ojeras que aparecen cuando estás atravesando una mala racha y te pasas la noche “insómnica” perdida (o cuando te pegas una juerga hasta el amanecer). Suelen desaparecer cuando dejamos de padecer ese estrés, estamos en calma y dormimos las horas necesarias. Aplicar frío y cremas específicas para el contorno de ojos, ayuda a suavizarlas.
• Hiperpigmentadas: se deben a un aumento de la melanina de la piel y suelen ser hereditarias (¡vaya herencia!). Lo mejor para tratarlas, es utilizar contornos con activos despigmentantes que contengan retinol y antioxidantes como la vitamina C y E. Y siempre, siempre, protección solar para evitar que se oscurezcan más.
• Hundidas: son las que forman un surco marcado que va desde el interior del ojo a la mejilla. Aparecen a consecuencia del envejecimiento y la disminución de la grasa. ¿Tu mejor aliado? El ácido hialurónico. Utiliza contorno de ojos que lo contenga o rellenos inyectables.
• Flacidez y patas de gallo: aparecen a causa del envejecimiento, la exposición solar acumulada, la deshidratación de la piel del párpado y una gesticulación excesiva (like a catador de vinagre). Este tipo de ojeras pueden ser tratadas con contornos de ojos con vitamina C y E, retinol o ácido hialurónico. También, puedes hacer una combinación con tratamientos dermatológicos específicos.
• Vasculares: son causadas por la dilatación de los vasos y el adelgazamiento de la piel de los párpados. Suelen verse de color morado o azul y se pueden tratar con contornos de vitamina K, cafeína y masajes de drenaje linfático hechos por un experto.

¡Hasta luego, Mari Ojeras!