Si últimamente ves melenas de Rapunzel y gente embadurnándose la cabeza en aceite como si fuera una ensalada, aquí va la explicación: oiling. Básicamente, un chute de hidratación capilar a base de aceites.

¿Funciona? Sí. ¿Hace milagros? No. No hay evidencia científica de que el cabello crezca más rápido, pero sí de que el oiling hidrata y protege el pelo contra las agresiones externas. Aunque si tu cuero cabelludo es graso o tienes algún dramita capilar, mejor consulta al dermatólogo antes de bañarte en aceite.

Apunta estos cuatro pasos:

Paso 1: concéntrate en masajear el cuero cabelludo con un peine como este durante 10 minutos. Así activas la circulación y preparas el terreno para que el aceite haga su magia.

Paso 2: con el pelo seco, aplica los aceites naturales en el cuero cabelludo y masajea con tus deditos haciendo movimientos circulares desde la frente hacia atrás (el de romero es top, pero si lo tienes muy seco, prueba coco, argán o almendras).

Paso 3: aplica un aceite hidratante de medios a puntas, asegurándote de que tu melena quede bien empapada. A nosotras nos gusta el de Kerastase, porque nutre un montón. Luego recoge tu melena y déjalo actuar de 2 a 6 horas, ¡o toda la noche! 

Paso 4: lava bien tu melena con un buen champú, dos veces. Así te aseguras de que no quede ni rastro de aceite. Secret consejito: para que el aceite salga mejor, aplica el champú antes de mojar el pelo. 

Y ahora,¡ a lucir pelazo!