Con el verano todo son risas hasta que llega septiembre, y tu pobre pelo grita: “Devuélveme la vida que me la has quitao (ay, ay, ay, ay)”. ¿Consecuencia? Tijeretazo al canto. Y como prevenir, es mejor que parecer una seta (a no ser que estés buscando un cambio de lookin), vamos a darte 4 consejos para evitar una tala capilar.

1. Protege la magia de tu melena. Cúbrete la cabeza con una gorra, sombrero o pamelón y luego aplícate un protector capilar como este de raíces a puntas (mola, porque también sirve para el cuerpo)  para estar protegida total.

2. Aclárate el pelo con agua dulce. Después de hacerte un ancho en la piscina o nadar hasta la segunda boya en el mar, enjuágate el pelo con agua dulce para quitar los restos de cloro y sal.

3. Cambia tu mascarilla por una más hidratante. Una vez a la semana, aplica esta mascarilla y déjala actuar durante 30 minutos antes de lavarte el pelo para conseguir  que esté suave y brillante. ¿Que tu melena necesita un cariñito extra? Deja la mascarilla actuar toda la noche. Mano de Santo.

4. Dale un respiro a las planchas. Dile “hasta luego, Mari Carrmen” a las planchas y al rizador y deja tu melena con sus ondas naturales, hazte un moñete desenfadado o una trenza. Para finalizar, ponte un poquito de aceite capilar, para ayudar a mantener la hidratación y a prevenir el daño.

5. Haz una visita a tu peluquero. Cuando llegue el final del verano (ooooooh), coge cita en la peluquería. Un corte de puntas por aquí y un tratamiento reparador por allá ayudarán a que el pelo esté ready para la próxima temporada.

Hala, ya tienes una melena digna de ser pintada por Botticelli.